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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort

comunica la ciencia de decirlo bien… Dado que la Sabiduría divina
es Palabra en la eternidad y en el tiempo, ha hablado siempre, y por
su palabra fue creado y restaurado todo. Ha hablado por medio de
los Profetas y de los apóstoles, y seguirá hablando, hasta el fin de los
tiempos, por boca de aquellos a quienes se comunique”, ASE 95. Esto
manifiesta la actualidad y utilidad de este libro si consideramos
la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre “El anuncio
del Evangelio en el mundo actual”. Al hablar del cuarto medio
para alcanzar y conservar la divina Sabiduría”, san Luis María
afirma que “el mejor medio y el secreto maravilloso es una tierna y
verdadera devoción a la Santísima Virgen”, ASE 203. De ahí que
concluya: “¡Oh Madre de misericordia!, alcánzame la verdadera
Sabiduría de Dios, colocándome para ello entre aquellos a quienes
amas, enseñas, diriges, nutres y proteges como a tus verdaderos
hijos y esclavos. ¡Oh Virgen fiel!, haz que yo sea en todo tan perfecto
discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo, tu
Hijo, que logre llegar por tu intercesión y ejemplo tuyo, a la plenitud
de su edad sobre la tierra y de su gloria en el cielo”, ASE 227.

Esta consagración total a Jesús por María, o Perfecta devoción
a María para establecer el reinado de Jesucristo (ver VD 120),
y que san Juan Pablo II asumió bajo el lema “Totus tuus”,
la presenta el Padre de Montfort en su obra más conocida y
difundida: “El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima
Virgen”, VD, cuya síntesis es su opúsculo “El Secreto de María”,
SM. Obras que han ejercido y siguen ejerciendo una influencia
muy grande en la vida espiritual y apostólica de muchos
cristianos, no sólo laicos y religiosos sino también seminaristas,
sacerdotes y obispos. Vale la pena destacar lo que dijo san Juan
Pablo II en una audiencia a los Montfortianos el 20 de julio de
1987: “san Luis María Grignion de Montfort es una gran figura en
la historia de la Iglesia y, sobre todo, en la historia de la espiritualidad
mariana de la Iglesia. Esta espiritualidad –presentada por él, está-
profundamente relacionada con los misterios centrales de nuestra fe,
sobre todo con el misterio de la Santísima Trinidad, con el misterio
de la Encarnación y de la Redención”. Es, pues, algo sólido no
basado en apariciones o revelaciones particulares sino en la fe
cristiana tal como ha sido vivida en la Iglesia.
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