Page 610 - Obras_Completas_ 2da_Edi_2020_P2
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                                                                 Cántico 127


                       LAS ALMAS:
                   14.  De un hueco profundo              Las cuatro almas salen
                       venimos suplicantes                con calma de un lugar
                                                          oculto y al llegar con
                       para buscar en el mundo            el rostro cubierto
                       unos alivios calmantes.            dicen:

                       LAS ALMAS:
                   15.  Estamos en este sitio             Un poco después
                       infestado y sin luz,               siguen gritando sin
                       dormimos sobre el fuego            alzar la cara.
                       de la cólera de Dios.
                       Los demonios son verdugos
                       que nos causan muchos males,
                       quemándonos, abrumándonos
                       con su furia inexplicable.

                       LOS POBRES:
                   16.  ¡Apiádate, Señor,                 De rodillas, con las
                       de estas pobres víctimas!          manos juntas y el
                       ¡De sus crímenes el error          rostro en tierra:

                       en nosotros castiga!
                       Sácalos ya del fuego
                       llevándolos a la gloria,
                       dales a nuestros ruegos
                       la más plena victoria.

                       EL ALMA ABANDONADA:
                   17.  Ustedes se divierten              Sin aparecer, grita:
                       viviendo cómodamente,
                       y me dejan insensibles
                       en este horno ardiente.
                       Mis tesoros los meten
                       en estúpidas bodegas,
                       cuando fácilmente pueden
                       aliviar mis duras penas.

                       INÉS:
                   18.  Oh buen Dios, vuelve tus ojos     Se arrodilla ante
                       a esta alma desgraciada.           Dios Padre y le dice
                                                          humildemente:
                                                                     1407
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