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activa de los jóvenes en la vida de la Iglesia. Todo lo cual ha
hecho que muchas personas dentro de ella encuentren en la
Consagración a María y en la devoción del Santo Rosario el
camino para responder a estos llamados.

El Papa San Juan Pablo II el 21 de junio de 1997, decía a
los misioneros montfortianos: “aprecio vuestras iniciativas
para difundir la espiritualidad montfortiana en las
formas que conviene a las diferentes culturas gracias a
la colaboración de los miembros de los tres institutos.
Sed vosotros también un apoyo y una referencia para los
movimientos que se inspiran en el mensaje de Grignion de
Montfort, para dar a la devoción mariana una autenticidad
cada vez más segura. Renovad vuestra presencia junto a
los pobres, vuestra inserción en la pastoral eclesial, vuestra
disponibilidad para la evangelización”.

Continuó en la misma carta dándonos una misión: “queridos
hermanos y hermanas de la gran familia montfortiana, en
este año de oración y de reflexión sobre la preciosa herencia
de san Luis María, os animo a hacer fructificar este tesoro
que no debe esconderse. La enseñanza de vuestro fundador
y maestro se une a los temas que la Iglesia entera medita al
acercarse al gran jubileo; él indica el camino de la verdadera
Sabiduría, que hay que abrir a muchos jóvenes que buscan
el sentido de la propia vida y un arte de vivir” .
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Así pues, como herederos y garantes de esta rica
espiritualidad que ha dejado a la Iglesia San Luis María
de Montfort, que se concreta de manera especial, pero no

2 Carta del papa San Juan Pablo II -1997

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