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                                                     Regla Primitiva de la Sabiduría


                   37  4.  Por otra parte, consideren como refinada tentación
                   el no manifestar a la superiora sus necesidades temporales
                   por temor de rechazo o por capricho.

                   38  5.  No piensen en el mañana deliberadamente y sin
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                   verdadera necesidad. Dios lo prohíbe , mientras que el
                   demonio lo inspira para intranquilizarlas o hacerles perder
                   el tiempo.

                   39  6.  En caso  de ver alguna  Hermana  mejor vestida
                   y  arreglada,  guárdense  de  la  tentación  de  envidia  o
                   murmuración. El espíritu maligno no perderá la ocasión de
                   hacerles ver mayores las comodidades que las demás tienen
                   y ustedes no, a fin de inquietarlas y apartarlas interiormente
                   de ellas. Para esto les hará pensar que han aportado a la
                   comunidad más que tal o cual hermana, que valen más,
                   que trabajan mejor, etc. Les recordará las comodidades que
                   tenían cuando gozaban de sus propios bienes y del fruto de
                   su trabajo y les infundirá el deseo de volver al mundo.

                   40  7.  Les  aconsejo  que,  por  espíritu  de  pobreza  y
                   humildad, en la medida de lo posible, escojan en todo lo
                   peor: los alimentos menos exquisitos, los hábitos más viejos
                   y burdos, los oficios más humildes, etc.

                   41  8.  Permanezcan contentas y no manifiesten disgusto
                   alguno si les falta algo de lo cual no se privan los demás.

                   42  9.  No  hablen  jamás  con  estima  de  los  bienes  del
                   mundo. No digan nunca: “Si me regalaran tal cantidad
                   de dinero, si algún rico nos diera, etc., construiríamos,
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                   compraríamos, etc.” Tales deseos son propios de paganos  y
                   gentes mundanas y por ende, indignos de verdaderos sabios.
                   Éstos no sólo no desean ningún bien temporal, ni siquiera
                   para obras de piedad, sino que van hasta desprenderse de


                   4  Cf. Mt 6,34
                   5  Cf. Mt 6,32.
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