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                                       Reglas de la Pobreza Voluntaria en la Iglesia Primitiva


                   –siempre en lucha contra nosotros– podría agarrarnos y
                   derribarnos; 5°, nos hace semejantes a Jesucristo; 6°, nos
                   hace jueces del mundo.

                   8.  Es la más útil al prójimo: 1°, porque comparte con él
                   cuanto tenemos; 2°porque lo edifica mediante el desapego
                   y las virtudes que nos hace practicar.


                   9.  Es la más temible al demonio, porque destruye los
                   ardides y artimañas que nos tiende para perdernos.

                   10.  Se puede hacer voto de pobreza, en manos de un
                   sacerdote, por un año –aun permaneciendo en el mundo–
                   por muchos motivos: 1°, porque el voto contiene mayor
                   gloria para Dios y mayor perfección para el alma que las
                   que se hallan en otras prácticas de piedad; 2°, el voto fija y
                   consolida la voluntad inconstante; 3°, repele los dardos que
                   lanza el demonio, por sí mismo o por medio del mundo,
                   contra dicho desapego.

                   11.  Cuando se vive en el mundo, parece mejor hacer el voto
                   sólo por un año:1°, para no tentar a Dios y para ejercitar
                   las propias fuerzas; 2°, para unir la buena voluntad a la
                   obligación que nos imponemos.

                   12.  Quienes quieran hacer este voto de pobreza voluntaria
                   observarán las reglas siguientes:


                   1°   manifestarán, sin disimulo, los bienes temporales que
                       poseen: inmuebles, muebles, dinero;

                   2°   no deben tener deudas, por lo menos deudas antiguas
                       y considerables; si las tienen, deben comenzar por
                       pagarlas;

                   3°   una vez pagadas sus deudas, deben –al entrar–
                       consignar sin reservas, en la caja común, todo el dinero
                       que creen tener libre de obligaciones. Además, una vez
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