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Presentación General


                   ‒   Reglas de Pobreza voluntaria de la Iglesia primitiva:   RPV
                   ‒   Método del Sacramento de la Penitencia
                   ‒   Método para la Conversión de los Herejes.

                   N.B. En esta edición de las Obras Completas no se incluyen el
                   Cuaderno de Notas ni el Libro de los Sermones pero sí una
                   breve presentación de ambos para precisar su contenido y entender
                   su valor concreto en la vida espiritual y misionera de Luis María
                   Grignion de Montfort.


                   CONSERVACIÓN DE LOS MANUSCRITOS


                   Como las obras maestras del arte son riquezas preciosas
                   de la humanidad; como la literatura de los poetas, los
                   pensadores, los humanistas, igual los escritos de los
                   santos son tesoros invaluables que se han de conservar
                   celosamente; constituyen  una parte fundamental del
                   patrimonio espiritual de la misma humanidad.

                   San Luis María de Montfort es esencialmente misionero
                   al estilo de San Pablo y de los grandes evangelizadores
                   de la Iglesia. Cuando escribe lo hace sólo para prolongar
                   y ampliar el anuncio del Evangelio cuyo mensaje siente
                   obligación apremiante de transmitir. Lo hace para imprimir
                   en las almas “lo que he enseñado con no escaso fruto en
                   público y en particular en las misiones durante muchos
                   años”: VD 110. Escribe para personas particulares; escribe
                   para todo el pueblo de Dios, para sus hermanos y hermanas
                   en ese pueblo de Dios, para hacer conocer y amar a Jesús,
                   el Hijo eterno del Padre, la Sabiduría eterna y encarnada.

                   Si poseemos un número relativamente elevado de los
                   escritos del santo misionero, es casi un milagro. En su
                   época no existían ni el cuidado ni los medios adecuados
                   de conservación, y las vicisitudes históricas tampoco
                   eran favorables. En su itinerario apostólico, con su Biblia,
                   Montfort llevaba sus escritos, como parte de su bagaje
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