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Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen
Dios. Porque ¿será posible que la que halló gracia delante
de Dios para todo el mundo en general y para cada uno
en particular estorbe a las almas alcanzar la inestimable
gracia de la unión con Él? ¿Será posible que la que fue
total y sobreabundantemente llena de gracia y tan unida y
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transformada en Dios que lo obligó a encarnarse en Ella
impida al alma vivir unida a Dios? Ciertamente que la vista
de las otras criaturas, aunque santas, podrá, en ocasiones,
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retardar la unión divina, pero no María, como he dicho
y no me cansaré de repetirlo.
Una de las razones que explican por qué son tan pocas las
almas que llegan a la madurez en Jesucristo es el que
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María –que ahora como siempre es la Madre de Cristo y
la Esposa fecunda del Espíritu Santo– no está bastante
formada en los corazones. Quien desee tener el fruto
maduro y bien formado, debe tener el árbol que lo produce.
Quien desee tener el fruto de vida –Jesucristo–, debe tener
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el árbol de vida que es María . Quien desee tener en sí la
operación del Espíritu Santo, debe tener a su Esposa fiel e
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inseparable, la excelsa María, como hemos dicho antes .
165 Persuádete, pues, de que cuanto más busques a
María en tus oraciones, contemplaciones, acciones y
padecimientos –si no de manera clara y explícita, al menos
con mirada general e implícita–, más perfectamente
hallarás a Jesucristo, que está siempre con María, grande y
poderoso, dinámico e incomprensible, como no está en el
cielo ni en ninguna otra creatura del universo.
Así, la excelsa María, toda transformada en Dios, lejos de
obstaculizar a los perfectos la llegada a la unión con Dios,
124 Se trata de la preparación y disposiciones con que María fue preparada
por Dios y se preparó Ella misma a la obra de la Encarnación (ver ASE
107: María atrae y cautiva al Omnipotente; ver VD 157).
125 Ver VD 75; SM 21.
126 Ver VD 33.
127 Ver SM 70.
128 Ver VD 20-21.34-36.
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