Page 439 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 439

↑ ÍNDICE


              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort

              8.   ESTA DEVOCIÓN ES UN MEDIO MARAVILLOSO DE
                  PERSEVERANCIA

              173   Octavo motivo. Finalmente, lo que más poderosamente
              nos impele a abrazar esta devoción a la Santísima Virgen
              es el reconocer en ella un medio admirable para perseverar
              en la virtud y ser fieles a Dios. ¿Por qué, en efecto, la mayor
              parte de las conversiones no es permanente? ¿Por qué se
              recae tan fácilmente en el pecado? ¿Por qué la mayor parte
              de los justos, en vez de adelantar de virtud en virtud y
              adquirir  nuevas  gracias,  pierde  muchas  veces  las  pocas
              virtudes  y  gracias  que  poseía?  Esta  desgracia  proviene
              –como hemos dicho – de que, no obstante estar el hombre
                                132
              tan corrompido y ser tan débil e inconstante, confía en sí
              mismo, se apoya en sus propias fuerzas y se cree capaz de
              guardar el tesoro de sus gracias, virtudes y méritos.


              Ahora  bien,  por  esta  devoción  confiamos  a  la  Virgen
              fiel  cuanto  poseemos,  constituyéndola  depositaria
              universal de todos nuestros bienes de naturaleza y gracia.
              Confiamos en su fidelidad, nos apoyamos en su poder y
              nos fundamos en su misericordia y caridad, para que Ella
              conserve y aumente nuestras virtudes y méritos a pesar
              del  demonio,  el  mundo  y  la  carne,  que  hacen  esfuerzos
              para arrebatárnoslos. Le decimos como el hijo a su madre
              y el buen esclavo a su señora: ¡Conserva el depósito! (1Tim
                  133
              6,20) . Madre y Señora, reconozco que por tu intercesión
              he  recibido  hasta  ahora  más  gracias  de  Dios  de  las  que
              yo  merecía.  La  triste  experiencia  me  enseña  que  llevo
              este tesoro en un vaso muy frágil y que soy muy débil y
              miserable  para  conservarlo  en  mí  mismo:  Soy  pequeño  y
              despreciable  (Sal  119  [118],141).  Recibe,  por  favor,  cuanto
              poseo y consérvamelo con tu fidelidad y tu poder. Si tú me
              guardas, no perderé nada; si me sostienes, no caeré; si me
              proteges, estaré seguro ante mis enemigos.



              132  Ver VD 87-89.
              133  Ver SM 40
              440
   434   435   436   437   438   439   440   441   442   443   444