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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
es decir,
la pureza de la doctrina y de las costumbres;
y su espalda dorada:
es decir, una perfecta caridad con el prójimo
y un inmenso amor a Jesucristo
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para cargar con su cruz .
25 Tú solo, como Rey de los cielos y de los reyes,
separarás del común de las gentes
a esos misioneros
como a otros tantos reyes
para volverlos más blancos que la nieve
sobre el Monte Umbrío, monte de Dios,
monte abundante y fértil, monte fuerte y macizo,
monte en el que Dios se complace
y en el que habita y habitará hasta el fin.
¿Quién es, Señor, Dios de verdad,
ese monte misterioso del que nos dices
tantas maravillas? Es María, tu querida Esposa,
cuyos cimientos has colocado
sobre las cumbres de las más altas montañas
(Ver Sal 87[86],1; Is 2,2).
¡Dichosos una y mil veces los sacerdotes,
los hombres que de manera especial
has escogido y predestinado para morar contigo
en este monte abundante y divino! (Ver Sal 87[86],1),
a fin de que se conviertan en reyes
de la eternidad por su desprecio de la tierra
y su elevación en Dios;
a fin de que se hagan más blancos que la nieve
por su unión con María, tu Esposa,
toda hermosa, toda pura e inmaculada;
a fin de que se enriquezcan allí
del rocío del cielo y la fertilidad de la tierra
de todas las bendiciones temporales y eternas
de que María está colmada (Ver Gén 27,28).
11 Ver VD 58
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