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                                                             El Secreto de María


                                      PRIMERA PARTE

                                    OFICIO DE MARÍA
                             EN LA OBRA DE LA SALVACIÓN


                   1.   LA OBRA DE LA SALVACIÓN SE REALIZA
                       CON LA GRACIA

                   3  Alma, tú que eres imagen viviente de Dios (Gén 1,26) y
                   has sido rescatada con la sangre preciosa de Jesucristo (1Pe
                   1,19), Dios quiere que te hagas santa como Él (Mt 5,48) en
                   esta vida y que participes en su gloria por la eternidad.

                   Tu  verdadera  vocación  consiste  en  adquirir  la  santidad
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                   de Dios . A  ello  debes  orientar  todos  tus  pensamientos,
                   palabras  y  acciones,  tus  sufrimientos  y  las  aspiraciones
                   todas de tu vida. De lo contrario, haces resistencia a Dios,
                   por  no  realizar  aquello  para  lo  cual  te  ha  creado  y  te
                   conserva la vida.

                   ¡Oh!  ¡Qué  obra  tan  maravillosa!  ¡El  polvo  se  vuelve  luz,
                   la  fealdad  resplandor,  el  pecado  santidad,  la  creatura  se
                   transforma  en  su  Creador  y  el  hombre  en  Dios!  ¡Sí,  qué
                   obra tan maravillosa!, lo repito. Pero difícil en sí. Más aún,
                   imposible al ser humano abandonado a sus fuerzas. Sólo
                   Dios  con su  gracia,  y  gracia abundante  y  extraordinaria,
                   puede realizar con éxito semejante empresa; la creación del
                   universo no es una obra maestra tan excelente como ésta...

                   4  ¿Cómo lo vas a lograr? ¿Qué medios vas a escoger para
                   llegar a la perfección a la que Dios te llama? Todo mundo
                   conoce los medios de salvación y santificación; el Evangelio
                   los consigna, los maestros de la vida espiritual los explican,

                   5  El concilio Vaticano II, recordando la “vocación universal a la santidad
                      en la Iglesia”, concluye: “Todos los fieles, de cualquier estado o condición,
                      están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la
                      caridad” (LG 40). La vocación de todos los cristianos es ciertamente una
                      y única: vivir en Cristo con la fuerza del Espíritu.
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