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↑ ÍNDICE


                                                             El Secreto de María


                   encendida, que ilumine tu espíritu y te inflame en el amor
                   de Dios (Mt 5,15; Lc 8,16; 11,33; 12,35); la recámara sagrada
                   donde Dios se te revele; finalmente, María será tu único
                   todo ante Dios, tu recurso universal.

                   Si oras, será en María; si recibes la sagrada Comunión, la
                   acogerás en María para complacerte en Ella. Hagas lo que
                   hagas, será siempre en María, llegando así a liberarte del
                   egoísmo.

                       3. Obrar por María, acudiendo a su intercesión

                   48  Debes  acudir  siempre  a  nuestro  Señor  por  medio  de
                                                                      58
                   María, confiado en su intercesión y poder ante su Hijo .

                       4. Obrar para María, siempre a su servicio

                   49      Tienes,  finalmente,  que  obrar  en  todo  para  María,
                   es  decir,  que,  para  vivir  tu  consagración  a  tan  augusta
                   Princesa, no trabajes sino para Ella, para su gloria y honor,
                   y, por intermedio suyo, para gloria de Dios. Renunciarás,
                   pues,  a  los  fines  que  te  inspira  el  egoísmo  –que  muy
                   frecuentemente  y  sin  que  lo  adviertas  se  constituye  en
                   meta de tus acciones– y repetirás con frecuencia desde el
                   fondo del corazón: “Por ti, amada Reina mía, voy acá o
                   allá, hago esto o aquello, sufro esta pena o aquella injuria.”

                       Tres advertencias

                   50    Guárdate  mucho  de  creer  que  es  más  perfecto  ir
                   directamente  a  Jesucristo  o  a  Dios  Padre  en  tus  obras  e
                   intenciones. Que serían de escaso valor, si quieres hacerlas
                   sin María. Pero, yendo por Ella, ya no serán cosa tuya, sino
                   obra de María en ti, y, por consiguiente, muy excelente y
                   digna de Dios.




                   58  Ver VD 258.
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