Page 340 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 340
↑ ÍNDICE
Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen
En una gran apertura y seguridad de espíritu, el santo
misionero afina su visión del misterio cristiano y acepta las
nuevas exigencias teológicas que enmarcan la humildad y
los privilegios de María en la grandeza absoluta de Dios y
en la única mediación de Cristo que ilumina la verdadera
devoción mariana y condena las falsas devociones (Ver VD
61-62). “Al poner a la Madre de Cristo en relación con el
misterio trinitario, Montfort me ayudó a comprender que
la Virgen pertenece al plan de la salvación por voluntad
del Padre, como Madre del Verbo encarnado, que concibió
por obra del Espíritu Santo. Toda intervención de María en
la obra de regeneración de los fieles no está en competición
con Cristo, sino que deriva de él y está a su servicio.
La acción que María realiza en el plan de la salvación
es siempre cristocéntrica, es decir, hace directamente
referencia a una mediación que se lleva a cabo en Cristo”.
Juan Pablo II.
Montfort parte pues de la doctrina de la Iglesia acerca
de la devoción mariana; subraya su difusión y un mejor
conocimiento de María para que Cristo reine en el mundo;
resalta el plan de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que
ha querido comenzar y culminar sus mayores obras por
medio de la Santísima Virgen, y concluye que por la
función de María en el plan divino, la devoción mariana
es necesaria a los hombres para alcanzar la salvación”.
Al presentar la verdadera devoción a María, San Luis
María quiere llevarnos a abrazar la forma “mejor y más
santificadora” de vivir los compromisos cristianos por la
consagración de amor a Cristo por las manos maternales
de María. Todo tiene una eficacia superior de santificación
y se resume en obrar siempre por María, con María, en
María y para María.
Siguiendo al Papa Francisco en su Exhortación sobre el
llamado a la santidad en el mundo actual “Deja que la
gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad.
341