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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
merecido y ha hallado gracia delante de Dios por la fuerza
de su plegaria y la elevación de sus virtudes. El mundo
era indigno –dice San Agustín– de recibir al Hijo de Dios
inmediatamente de manos del Padre, quien lo entregó a
María para que el mundo lo recibiera por medio de Ella.
Dios Hijo se hizo hombre para nuestra salvación, pero en
María y por María.
Dios Espíritu Santo formó a Jesucristo en María, pero
después de haberle pedido su consentimiento por medio
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de uno de los primeros ministros de su corte .
2. EN LOS MISTERIOS DE LA REDENCIÓN
17 Dios Padre comunicó a María su fecundidad, en cuanto
una pura creatura era capaz de recibirla, para que pudiera
engendrar a su Hijo y a todos los miembros de su Cuerpo
místico.
18 Dios Hijo descendió al seno virginal de María como
nuevo Adán a su paraíso terrestre para complacerse y
realizar allí secretamente maravillas de gracia.
Este Dios-hombre encontró su libertad en dejarse
aprisionar en su seno; manifestó su poder en dejarse llevar
por esta jovencita; cifró su gloria y la de su Padre en ocultar
sus resplandores a todas las criaturas de la tierra para no
revelarlos sino a María; glorificó su propia independencia
y majestad, sometiéndose a esta Virgen amable en la
concepción, nacimiento, presentación en el templo, vida
oculta de treinta años, hasta la muerte, a la que Ella
debía asistir, para ofrecer con Ella un solo sacrificio y ser
inmolado por su consentimiento al Padre eterno, como
14 “Es sumamente conveniente que los ejercicios de piedad a la Virgen
María expresen claramente la nota trinitaria” (ver MC). El P. de Montfort
nos ofrece aquí sólido fundamento para esta orientación.
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