Page 352 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 352
↑ ÍNDICE
Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen
en otro tiempo Isaac, por la obediencia de Abrahán, a
la voluntad de Dios. Ella le amamantó, alimentó, cuidó,
15
educó y sacrificó por nosotros .
¡Oh admirable e incomprensible dependencia de un Dios!
Para mostrarnos su precio y gloria infinita, el Espíritu
Santo no pudo pasarla en silencio en el Evangelio, a pesar
de habernos ocultado casi todas las cosas admirables que
la Sabiduría encarnada realizó durante su vida oculta.
Jesucristo dio mayor gloria a Dios, su Padre, por su
sumisión a María durante treinta años, que la que le hubiera
dado convirtiendo al mundo entero por los milagros más
portentosos. ¡Oh! ¡Cuán altamente glorificamos a Dios
cuando para agradarle nos sometemos a María, a ejemplo
de Jesucristo, nuestro único modelo!
19 Si examinamos de cerca el resto de la vida de Jesucristo,
veremos que ha querido inaugurar sus milagros por medio
de María. Mediante la palabra de María santificó a San
Juan en el seno de Santa Isabel, su madre (ver Lc 1,41-44);
habló María, y Juan quedó santificado. Este fue el primero
y mayor milagro de Jesucristo en el orden de la gracia.
Ante la humilde plegaria de María, convirtió el agua en
vino en las bodas de Caná (ver Jn 2,1-12). Era su primer
milagro en el orden de la naturaleza. Comenzó y continuó
sus milagros por medio de María, y por medio de Ella los
seguirá realizando hasta el fin de los siglos.
20 Dios Espíritu Santo, que es estéril en Dios –es decir,
no produce otra persona divina en la divinidad–, se hizo
fecundo por María, su Esposa. Con Ella, en Ella y de Ella
produjo su obra maestra, que es un Dios hecho hombre,
y produce todos los días, hasta el fin del mundo, a los
predestinados y miembros de esta Cabeza adorable. Por
ello, cuanto más encuentra en un alma a María, su querida
15 “Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándolo en
el templo al Padre, padeciendo con su Hijo mientras Él moría en la cruz,
cooperó en la restauración de la vida sobrenatural de las almas. Por tal
motivo es nuestra Madre en el orden de la gracia” (LG 61)
353