Page 376 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 376
↑ ÍNDICE
Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen
de gracia, virtud y perfección. Sólo en Cristo hemos sido
bendecidos con toda bendición del Espíritu (Ef 1,3).
Porque Él es el único Maestro que debe enseñarnos,
el único Señor de quien debemos depender,
la única Cabeza a la que debemos estar unidos,
el único Modelo a quien debemos asemejarnos,
el único Médico que debe curarnos,
el único Pastor que debe apacentarnos,
el único Camino que debe conducirnos,
la única Verdad que debemos creer,
la única Vida que debe vivificarnos
y el único Todo que en todo debe bastarnos.
Bajo el cielo, no tenemos los hombres otro diferente de él al que
debamos invocar para salvarnos (Hech 4,12).
Dios no nos ha dado otro fundamento de salvación,
perfección y gloria que Jesucristo. Todo edificio que
no esté construido sobre esta roca firme, se apoya en
arena movediza, y se derrumbará infaliblemente tarde o
temprano.
Quien no esté unido a Cristo como el sarmiento a la vid,
caerá, se secará y lo echarán al fuego (ver Jn 15,6). En
cambio, si permanecemos en Jesucristo, y Jesucristo en
nosotros, no pesa ya sobre nosotros condenación alguna:
ni los ángeles del cielo, ni los hombres de la tierra, ni los
demonios del infierno, ni creatura alguna podrá hacernos
daño, porque nadie podrá separarnos de la caridad de
Dios presente en Cristo Jesús (ver Rom 8,39).
Por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo lo podemos
todo: tributar al Padre en la unidad del Espíritu Santo todo
honor y gloria; hacernos perfectos y ser olor de vida eterna
para nuestro prójimo.
377