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Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen
la conocen. Tampoco hablo de los herejes y cismáticos:
separados de ti y de tu Iglesia, no se preocupan de ser
devotos de tu Madre. Hablo, sí, de los católicos, y aun
de los doctores entre los católicos; ellos hacen profesión
de enseñar a otros la verdad, pero no te conocen ni a ti
ni a tu Madre santísima sino de manera especulativa,
árida, estéril e indiferente. Estos caballeros hablan sólo
rara vez de tu santísima Madre y del culto que se le debe.
Tienen miedo, según dicen, a que se deslice algún abuso
y se te haga injuria al honrarla a Ella demasiado. Si ven
u oyen a algún devoto de María hablar con frecuencia
de la devoción hacia esta Madre amantísima, con acento
filial, eficaz y persuasivo, como de un medio sólido y
sin ilusiones, de un camino corto y sin peligros, de una
senda inmaculada y sin imperfecciones y de un secreto
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maravilloso para encontrarte y amarte debidamente,
gritan en seguida contra él, esgrimiendo mil argumentos
falsos para probarle que no hay que hablar tanto de la
Virgen, que hay grandes abusos en esta devoción y es
preciso dedicarse a destruirlos, que es mejor hablar de ti
en vez de llevar a las gentes a la devoción a la Santísima
Virgen, a quien ya aman lo suficiente.
Si alguna vez se les oye hablar de la devoción a tu santísima
Madre, no es, sin embargo, para fundamentarla o
inculcarla, sino para destruir sus posibles abusos. Mientras
carecen de piedad y devoción tierna para contigo, porque
no la tienen para con María. Consideran el rosario, el
escapulario, la corona (cinco misterios), como devociones
propias de mujercillas y personas ignorantes, que poco
importan para la salvación. De suerte que, si cae en sus
55 El P. de Montfort gusta mucho del término “secreto” y le da sentidos
diferentes. Es: a) la excelencia y perfección de la Madre de Dios son un
secreto, sólo Dios la conoce perfectamente y sólo El puede comunicar a
otros ese conocimiento; b) el puesto y oficio de María en la obra redentora
y su fuerza para orientar hacia la vida trinitaria el peregrinar del cristiano,
son un secreto, porque no se conocen suficientemente; c) la vida mariana,
que él propone, es un poderoso medio de santidad, un secreto de santidad
(ver ASE 203.211; SM 1.20.55; VD 82.119.177.211.220).
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