Page 380 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 380

↑ ÍNDICE


                                      Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen

                   67   Para alcanzar de tu misericordia una verdadera devoción
                   hacia  tu  santísima  Madre  y  difundir  esta  devoción  por
                   toda la tierra, concédeme amarte ardientemente, y acepta
                   para ello la súplica inflamada que te dirijo con San Agustín
                   y tus verdaderos amigos.

                                     Tú eres, ¡oh Cristo!,
                            mi Padre santo, mi Dios misericordioso,
                               mi rey poderoso, mi buen pastor,
                              mi único maestro, mi mejor ayuda,
                             mi amado hermosísimo, mi pan vivo,
                                mi sacerdote por la eternidad,
                                    mi guía hacia la patria,
                              mi luz verdadera, mi dulzura santa,
                            mi camino recto, mi Sabiduría preclara,
                        mi humilde simplicidad, mi concordia pacífica,
                             mi protección total, mi rica heredad,
                                     mi salvación eterna...
                               ¡Cristo Jesús, Señor amabilísimo!
                            ¿Por qué habré deseado durante la vida
                              algo fuera de ti, mi Jesús y mi Dios?
                         ¿Dónde me hallaba cuando no pensaba en ti?
                                Anhelos todos de mi corazón,
                            inflámense y desbórdense desde ahora
                                     hacia el Señor Jesús;
                              corran que mucho se han retrasado;
                                  apresúrense hacia la meta,
                                   busquen al que buscan.
                             ¡Oh Jesús! ¡Anatema el que no te ama!
                            ¡Rebose de amargura quien no te quiera!
                                        ¡Dulce Jesús!
                        ¡Que todo buen corazón dispuesto a la alabanza
                                    te ame, se deleite en ti,
                                      se admire ante ti!
                                     ¡Dios de mi corazón!
                                  ¡Herencia mía, Cristo Jesús!
                                      Vive, Señor, en mi;
                                   enciéndase en mi pecho
                                                                      381
   375   376   377   378   379   380   381   382   383   384   385