Page 382 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 382
↑ ÍNDICE
Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen
cuya cepa es Cristo, y que deben producir sabrosas uvas (Jn
15,5); 3°. un rebaño, cuyo pastor es Jesucristo, y que debe
multiplicarse y producir leche (Jn 10,1ss); 4°. una tierra
fértil, cuyo agricultor es Dios, y en la cual se multiplica la
semilla, y produce el treinta, el sesenta, el ciento por uno
(Mt 13,3.8). Por otra parte, Jesucristo maldijo a la higuera
infructuosa (Mt 21,19) y condenó al siervo inútil, que no
hizo fructificar su talento (Mt 25,24-30).
Todo esto nos demuestra que Jesucristo quiere recoger
algún fruto de nuestras pobres personas, a saber, nuestras
buenas obras, porque éstas le pertenecen exclusivamente:
creados, mediante Cristo Jesús, para hacer el bien (Ef 2,10). Estas
palabras del Espíritu Santo demuestran que Jesucristo es el
único principio y debe ser también el único fin de nuestras
buenas obras, y que debemos servirle no sólo como
asalariados, sino como esclavos de amor. Me explico.
69 Hay, en este mundo, dos modos de pertenecer a
otro y depender de su autoridad: el simple servicio y la
esclavitud. De donde proceden los apelativos de criado y
esclavo.
Por el servicio, común entre los cristianos, uno se
compromete a servir a otro durante cierto tiempo y por
determinado salario o retribución. Por la esclavitud, en
cambio, uno depende de otro enteramente, por toda la vida,
y debe servir al amo sin pretender salario ni recompensa
alguna, como si fuera uno de sus animales, sobre los que
tiene derecho de vida y muerte.
70 Hay tres clases de esclavitud: natural, forzada y
voluntaria.
Todas las criaturas son esclavas de Dios según el primer
modo: Del Señor es la tierra y cuanto la llena (Sal 24 [23],1).
Conforme al segundo, lo son los demonios y condenados.
Según el tercero, los justos y los santos.
383