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                                      Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen

                   y  devociones  exteriores  a  la  Santísima  Virgen?  ¡Cuánta
                   ignorancia  en  tales  prácticas!  ¡Esto  es  poner  en  ridículo
                   nuestra religión! ¡Hábleme, más bien, de los devotos de
                   Jesucristo! (frecuentemente lo nombran sin descubrirse, lo
                   digo entre paréntesis). ¡Hay que recurrir a Jesucristo: Él
                   es nuestro único mediador! Hay que predicar a Jesucristo:
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                   ¡esto sí es sólido!” .
                   Y  lo  que  dicen  es  verdad  en  cierto  sentido.  Pero  la
                   aplicación que hacen de ello para combatir la devoción a
                   la Santísima Virgen es muy peligrosa, es un lazo sutil del
                   espíritu  maligno  so  pretexto  de  un  bien  mayor.  Porque
                   nunca se honra tanto a Jesucristo como cuando se honra a
                   la Santísima Virgen. Efectivamente, si se la honra, es para
                   honrar más perfectamente a Jesucristo; pues, si vamos a
                   Ella, es para encontrar el camino que nos lleva a la meta,
                   que es Jesucristo.

                   95   La Iglesia, con el Espíritu Santo, bendice primero a la
                   Santísima Virgen y después a Jesucristo: Bendita tú entre las
                   mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Y esto no porque
                   la Virgen María sea mayor que Jesucristo o igual a Él -lo
                   cual sería intolerable herejía-, sino porque para bendecir
                   más perfectamente a Jesucristo hay que bendecir primero
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                   a María .  Digamos,  pues,  con  todos  los  verdaderos
                   devotos de la Santísima Virgen y contra sus falsos devotos
                   escrupulosos:  María,  bendita  tú  entre  todas  las  mujeres  y
                   bendito es el fruto de tu vientre, Jesús (Lc 1,42).



                   3.    LOS DEVOTOS EXTERIORES

                   96  Los devotos exteriores son personas que cifran toda su
                   devoción  a  María  en  prácticas  externas.  Sólo  gustan  de

                   75  El culto de María jamás se opone al de su Hijo: Ella busca la gloria de Jesús
                      y la realización del proyecto de amor que el Padre le ha encomendado
                      en la salvación de los hombres, mientras coopera siempre con la acción
                      del Espíritu Santo, en disponibilidad absoluta.
                   76  Ver VD 224-225.
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