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↑ ÍNDICE


              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort

              Santísima Virgen. Se irritan al ver a las gentes sencillas y
              humildes arrodilladas –para rogar a Dios– ante un altar o
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              imagen de María o en la esquina de una calle .
              Llegan  hasta  acusarlas  de  idolatría  como  si  adoraran  la
              madera o la piedra. En cuanto a ellos –así dicen–, ¡no les
              gustan  tales  devociones  exteriores  ni  son  tan  cándidos
              como  para  creer  a  tantos  cuentos  e  historietas  como
              corren acerca de la Santísima Virgen! Si se les recuerdan
              las admirables alabanzas que los Santos Padres tributan a
              María, responden que hablaban como oradores, en forma
              hiperbólica, o dan una falsa explicación de sus palabras.

              Esta clase de falsos devotos y gente orgullosa y mundana es
              mucho de temer; hace un daño incalculable a la devoción a
              la Santísima Virgen, alejando de ella definitivamente a los
              pueblos so pretexto de desterrar abusos.



              2.     LOS DEVOTOS ESCRUPULOSOS

              94  Los devotos  escrupulosos  son  personas  que  temen
              deshonrar al Hijo al honrar a la Madre, rebajar al uno al
              honrar a la otra. No pueden tolerar que se tributen a la
              Santísima Virgen las justísimas alabanzas que le prodigan
              los  Santos  Padres.  Toleran  penosamente  que  haya  más
              personas arrodilladas ante un altar de María que delante
              del Santísimo Sacramento, ¡como si esto fuera contrario a
              aquello o si los que oran a la Santísima Virgen no orasen
              a Jesucristo por medio de Ella! No quieren que se hable
              con tanta frecuencia de la Madre de Dios ni que los fieles
              acudan a Ella tantas veces.

              Oigamos  algunas  de  sus  expresiones  más  frecuentes:
              “¿De qué sirven tantos rosarios? ¿Tantas congregaciones

              74  Montfort constata y defiende legítimamente estas manifestaciones de
                 la religiosidad popular  que son una expresión de la convicción eclesial
                 de la presencia de María en el peregrinar actual del pueblo de Dios.
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