Page 390 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 390

↑ ÍNDICE


                                      Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen

                   nos proveyó de poderosos mediadores ante su grandeza.
                   Por tanto, despreocuparte de tales mediadores y acercarte
                   directamente  a  la  santidad  divina  sin  recomendación
                   alguna es faltar a la humildad y al respecto debido a un
                   Dios tan excelso y santo, es hacer menos caso de ese Rey de
                   reyes del que harías de un soberano o príncipe de la tierra,
                                                                     70
                   a quien no te acercarías sin un amigo que hable por ti .
                   84   Jesucristo es nuestro abogado y mediador de redención
                   ante  el  Padre.  Por  Él  debemos  orar  junto  con  la  Iglesia
                   triunfante  y  militante.  Por  Él  tenemos  acceso  ante  la
                   Majestad divina, y sólo apoyados en Él y revestidos de sus
                   méritos debemos presentarnos ante el Padre, así como el
                   humilde Jacob compareció ante su padre Isaac, para recibir
                   la bendición, cubierto con pieles de cabrito.

                   85    Pero  ¿no  necesitamos,  acaso,  un  mediador  ante  el
                   mismo Mediador? ¿Bastará nuestra pureza para unirnos a
                   Él directamente y por nosotros mismos? ¿No es Él, acaso,
                   Dios igual en todo a su Padre, y, por consiguiente, el Santo
                   de los santos, tan digno de respeto como su Padre? Si por
                   amor  infinito  se  hizo  nuestro  fiador  y  mediador  ante  el
                   Padre para aplacarlo y pagarle nuestra deuda, ¿será esto
                   razón  para  que  tengamos  menos  respeto  para  con  su
                   majestad y santidad?

                   Digamos,  pues,  abiertamente,  con  San  Bernardo,  que
                   necesitamos un mediador ante el Mediador mismo y que
                   la  excelsa  María  es  la  más  capaz  de  cumplir  este  oficio
                   caritativo. Por Ella vino Jesucristo a nosotros, y por Ella
                   debemos nosotros ir a Él.

                   Si tememos ir directamente a Jesucristo-Dios a causa de
                   su  infinita  grandeza  y  de  nuestra  pequeñez  o  pecados,
                   imploremos  con  filial  osadía  la  ayuda  e  intercesión  de
                   María, nuestra Madre. Ella es tierna  y bondadosa. En
                   Ella  no  hay  nada  austero  o  repulsivo  ni  excesivamente

                   70  Leer VD 83-86 a la luz de LG 60 y 62.
                                                                      391
   385   386   387   388   389   390   391   392   393   394   395