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El Secreto Admirable del Santísimo Rosario
imposible: es fácil para mí pues soy la Madre del Rey del
cielo, que me llama llena de gracia. Y como tal haré también
amplia efusión de ella a mis queridos hijos».
90 Santo Domingo estaba tan convencido de la eficacia
y méritos del Santo Rosario que no imponía casi nunca
penitencia distinta del rezo del Rosario a quienes se
confesaban con él, como vimos en la historia de la dama
romana a quien impulso por penitencia un solo Rosario.
Los confesores deberían también –para seguir el ejemplo
de este gran Santo– imponer a sus penitentes la recitación
del Rosario con la meditación de los sagrados misterios,
en lugar de otras penitencias de menor mérito y no tan
agradables a Dios, ni tan eficaces para adelantar en el
camino de la virtud e impedir la caída en el pecado.
Además, al rezar el Rosario, ganas muchas indulgencias
que no están concedidas a otras devociones.
91 “Ciertamente –dice el Abad Blosio– el Rosario, unido
a la meditación de la vida y pasión del Señor, resulta
agradabilísimo a Jesucristo y a la Santísima Virgen y muy
eficaz para obtener cuanto deseas. Podemos recitarlo por
nosotros mismos, por quienes se han encomendado a
nosotros y por la Iglesia. Recurramos, pues, a la devoción
del Santo Rosario en todas nuestras necesidades y
obtendremos infaliblemente cuanto pidamos a Dios para
nuestra salvación”.
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