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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
sangre. El Santo Padre me rehusó esta gracia de la cual yo
no era digno”: Grandet.
Durante casi veinte años Montfort intercede, clama,
suplica al Padre, interpela a la Santísima Trinidad en su
coloquio íntimo a lo largo de los interminables kilómetros
que recorre, siempre en presencia de Dios; no deja jamás
de recomendar esta intención, de someter este proyecto, de
“importunar” al Señor con sus ayunos y mortificaciones,
igual que en sus súplicas, para que el Señor se digne
escucharlo según los designios de su divina misericordia,
“por su gloria” y “para renovar la Iglesia”.
Los textos siguientes forman una trilogía o tríptico, es decir
un escrito cuyo objetivo es el mismo en tres cuadros o partes
que especifican diversas facetas del mismo. El tema único
es, pues, la Compañía de María. Sus facetas son la Súplica
Ardiente para pedir misioneros; Reglas de los Misioneros de la
Compañía de María y Alocución A los Asociados de la Compañía
de María. Las tres piezas están en el mismo manuscrito,
original auténtico de San Luis María, cuyo objetivo es
pedir, organizar y animar una pequeña congregación
misionera dedicada a continuar la obra apostólica con que
soñó su fundador, que le encomendó el Papa Clemente XI
para la renovación de la Iglesia y que pedían los signos de
los tiempos y los designios de Dios Padre, Hijo y Espíritu
Santo. El manuscrito original se conserva en los Archivos
de la casa General de los Misioneros de la Compañía de
María, en Roma.
Ya en la Carta 5, Luis María recién ordenado sacerdote
expresa su preocupación por la fundación de una pequeña
compañía misionera. En la primavera de 1703 llegó a un
acuerdo con su amigo Claudio Poullart des Places que se
proponía fundar un seminario para formar misioneros y
le promete: “Si Dios me concede la gracia de tener éxito,
Ud, puede contar con misioneros. Yo se los preparo y Ud.
los pone a trabajar”. Poullart murió prematuramente en
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