Page 211 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 211
↑ ÍNDICE
Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
Este gran amante de nuestras almas sufrió en todo: dolores
97
externos e internos, en el cuerpo y en el alma .
158 Padeció en sus bienes. Sin recordar la pobreza de
su nacimiento, la huida a Egipto y su permanencia allí,
la pobreza de toda su vida, pensemos que en su pasión
fue despojado de sus vestiduras por los soldados, que las
sortearon entre sí, y luego clavado en la cruz, sin que le
dejasen un pobre harapo para cubrirse.
159 Sufrió en su honor y reputación. Fue saturado de
oprobios, tratado de blasfemo, sedicioso, borracho,
comilón y endemoniado.
Fue menospreciado en su sabiduría, al ser considerado
como ignorante e impostor y tratado de loco e insensato.
Fue ultrajado en su poder, al ser considerado como mago
y hechicero, capaz de hacer falsos milagros en unión de
Satanás.
Sufrió a causa de sus discípulos: el uno lo vendió y traicionó;
el primero de ellos lo negó, y los demás lo abandonaron.
160 Sufrió de parte de toda clase de personas: reyes,
gobernantes, jueces, cortesanos, soldados, pontífices,
sacerdotes, eclesiásticos y seglares, judíos y gentiles,
hombres y mujeres; de todos, sin excepción. Incluso,
su santísima Madre aumentó de manera terrible sus
aflicciones cuando la vio presenciando su muerte junto a
la cruz, anegada en un mar de tristeza.
161 Nuestro amantísimo Salvador padeció en todos los
miembros de su cuerpo: su cabeza fue coronada de espinas;
sus cabellos y la barba, mesados; sus mejillas, abofeteadas;
su rostro, cubierto de salivazos; su cuello y sus brazos,
torturados con cuerdas; sus espaldas, cargadas y desolladas
97 S. Th. III q.46 a.5-7.
212