Page 421 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 421

↑ ÍNDICE


              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort

              142   Viendo Dios que somos indignos de recibir sus gracias
              inmediatamente de sus manos –dice San Bernardo– las da
              a María, para que por Ella recibamos cuanto nos quiere
              dar.  Añadamos  que  Dios  cifra  su  gloria  en  recibir,  de
              manos de María, el tributo de gratitud, respeto y amor que
              le debemos por sus beneficios.


              Es, pues, muy justo imitar la conducta de Dios, “para que
              –añade el mismo San Bernardo– la gracia vuelva a su autor
              por el mismo canal por donde vino a nosotros”.

              Esto es lo que hacemos con nuestra devoción: ofrecemos
              y  consagramos  a  la  Santísima  Virgen  cuanto  somos
              y  tenemos,  a  fin  de  que  Nuestro  Señor  reciba  por  su
              mediación la gloria y el reconocimiento que le debemos, y
              nos reconocemos indignos e incapaces de acercarnos por
              nosotros mismos a su infinita Majestad. Por ello acudimos
              a la intercesión de la Santísima Virgen.

              143      Esta  práctica  constituye,  además,  un  ejercicio  de
              profunda humildad, virtud que Dios prefiere a todas las
              otras. Quien se ensalza rebaja a Dios; quien se humilla lo
              glorifica. Dios se enfrenta a los arrogantes, pero concede gracia
              a los humildes (Sant 4,6). Si te humillas creyéndote indigno
              de presentarte y acercarte a Él, Dios se abaja y desciende
              para venir a ti, complacerse en ti y elevarte, aun a pesar
              tuyo. Pero si te acercas a Él atrevidamente, sin mediador,
              Él se aleja de ti y no podrás alcanzarlo.

              ¡Oh!  ¡Cuánto  ama  Él  la  humildad  de  corazón!  Y  a  esta
              humildad  precisamente  nos  conduce  la  práctica  de  esta
              devoción. Que nos enseña a no acercarnos jamás a Nuestro
              Señor por nosotros mismos –por amable y misericordioso
              que Él sea–, sino a servirnos siempre de la intercesión de
              la Santísima Virgen, para presentarnos ante Dios, hablarle
              y acercarnos a Él, ofrecerle algo o unirnos y consagrarnos
              a Él.


              422
   416   417   418   419   420   421   422   423   424   425   426