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              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort


              Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: Aquí están mi
              madre y mis hermanos. Porque cualquiera que pone por obra el
              designio de mi Padre del cielo, ése es hermano mío y hermana y
              madre”.
              Prepárate para la muerte que te acosa con tantas tribulaciones.
              Sopórtalas cristianamente, como lo haces. Hay que sufrir
              y cargar cada día tu propia cruz. Sí, es necesario. Es
              infinitamente provechoso para ti el verte empobrecida
              hasta tener que reducirte a un hospital, si tal es la voluntad
              de Dios, y el ser despreciada hasta el punto de encontrarte
              abandonada de todos y morir viviendo.

              Aunque no te escriba, no te olvido en mis oraciones
              y sacrificios. Antes bien, te amo y venero tanto más
              perfectamente cuanto que en ello no intervienen ni la carne
              ni la sangre.

              No me molestes con el cuidado de mis hermanos y
              hermanas. He hecho por ellos cuanto Dios me pedía por
              amor. De momento, no tengo ningún bien temporal que
              proporcionarles, porque soy más pobre que todos ellos. Los
              pongo con toda la familia, en manos de quien la ha creado.
              Que me consideren como muerto. Sí, lo repito para que no lo
              olviden: considérenme como muerto. No pretendo tener que
              ver o heredar nada de la familia en la que Cristo me ha hecho
              nacer.  Renuncio a todo, a excepción de mi título, porque
              la Iglesia me lo prohibe. Mis bienes, mi Padre y mi Madre
              están en lo alto; no reconozco a nadie según la carne. Es
              verdad que tengo para contigo y para con mi padre grandes
              obligaciones por haberme dado la vida, haberme criado y
              educado en el temor de Dios y haberme hecho infinidad de
              beneficios. Por ello, les doy miles y miles de gracias y ruego
              diariamente por su salvación. Cosa que continuaré haciendo
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              durante toda su vida y después de su muerte . En cuanto
              a hacer otra cosa por ustedes, yo y nada valemos lo mismo
              en mi antigua familia.

              7  De hecho, Luis María murió en 1716, dos años antes que su madre (1718).
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