Page 127 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 127

↑ ÍNDICE


              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort


              del mundo” y a los “sabios mundanos”. Porque Luis María
              vivió en París ocho años en la época de Luis XIV, el Rey Sol,
              en la parroquia de San Sulpicio, en el sector donde tenían
              sus palacios los Señores de la corte y los grandes del reino.
              Entre ellos el desconocimiento de la religión y el olvido de
              Jesucristo eran generalizados.

              Montfort encontró muchas veces a los grandes que se
              ufanaban de ser los sabios del siglo de las luces. Para cambiar
              la sociedad se propone cambiar su cabeza. Al dirigirse a los
              pecadores no puede excluir la categoría de los grandes. “Su
              influencia es preponderante para el bien o para el mal. Es
              obra eminentemente útil llevarlos a un comportamiento más
              moral. Los hombres de condición más humilde aceptarán
              con mayor voluntad las lecciones que osamos hacer oír a
              los reyes”.

              En síntesis,  El Amor de la Sabiduría Eterna y toda la
              espiritualidad que vivió Montfort y transmite en su obra
              con ardor apostólico es cristocéntrica. Cristo es quien da a
              conocer en su plenitud el misterio de Dios, que Montfort presenta
              en cinco aspectos, en sintonía con la revelación bíblica:


              1.  Cristo Sabiduría encarnada como persona que “une
                  en sí la plenitud de la divinidad y de la humanidad...
                  compendio de las obras de Dios y síntesis de su propia
                  perfección y de la perfección de todas las criaturas. El
                  tema de “tesoro infinito para los hombres” estimula
                  el comportamiento humano de búsqueda, decisión,
                  amistad íntima, oblación esponsalicia (ASE 30).
              2.  Cristo como “Palabra” reveladora y transformadora: “La
                  divina Sabiduría es persona en la eternidad y el tiempo;
                  por su Palabra todo ha sido hecho y restaurado”. Ha
                  venido del cielo “para enseñarnos los secretos de Dios,
                  por eso necesitamos creer y observar los oráculos de la
                  Sabiduría encarnada para ser salvados”: (ASE 133-153).
              3.  Cristo, semejante en todo a los hombres, menos en
                  el pecado, dependiente incluso de una creatura en
              128
   122   123   124   125   126   127   128   129   130   131   132