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                                             El Secreto Admirable del Santísimo Rosario

                   Cuando  rezas  el  Oficio  de  la  Virgen,  los  siete  salmos  u
                   oraciones distintas del Rosario, el cambio o diversidad de
                   términos frenan la imaginación y recrean el espíritu. Así es
                   más fácil rezarlos bien. Pero en el Rosario, donde siempre
                   encuentras  los  mismos  Padrenuestros  y  Avemarías
                   hilvanados en la misma forma, es fácil que te canses, te
                   adormiles  y  lo  abandones  para  irte  en  pos  de  oraciones
                   más deleitosas y menos molestas. De suerte que necesitas
                   más devoción para perseverar en el rezo del Santo Rosario
                   que en el de cualquier otra plegaria, aunque sea el salterio
                   de David.


                   123   La imaginación, siempre inquieta y que no se queda
                   tranquila  un  solo  instante,  aumenta  la  dificultad.  Otro
                   tanto hará la malicia del demonio, incansable en su labor
                   de distraernos e impedirnos orar. ¿Qué no moverá contra
                   nosotros el maligno al vernos aplicados a rezar el Rosario
                   en contra suya? Antes de iniciar nuestra oración, acrecienta
                   la  apatía  y  negligencia  naturales.  Durante  la  oración,
                   aumenta  el  hastío,  las  distracciones  y  el  decaimiento.  Y
                   cuando  hemos  terminado  de  orar,  entre  mil  trabajos  y
                   distracciones, nos deprime de diversas maneras y se burla
                   de nosotros diciéndonos: “No has hecho nada que valga la
                   pena. Tu Rosario no vale nada. Pierdes el tiempo recitando
                   tantas oraciones  vocales  sin atención. Media  hora de
                   meditación o una buena lectura te aprovecharían mucho
                   más.  Mañana,  cuando  estés  menos  adormilado,  podrás
                   orar con mayor atención. ¡Deja, pues, para mañana el resto
                   de tu Rosario!” En esta forma, el diablo con sus artimañas
                   consigue que abandones el Rosario en todo o en parte, lo
                   cambies por otra oración o lo difieras.


                   124   ¡No le des crédito, querido cofrade del Rosario! ¡No
                   pierdas el ánimo! Pues, aunque durante todo el rosario,
                   tu imaginación haya estado llena de distracciones e ideas
                   extravagantes  siempre  que  hayas  procurado  desecharlas
                   lo mejor posible tan pronto como te das cuenta de ellas, tu
                   Rosario será mucho mejor. Porque es más difícil. Y es tanto
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