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                                             El Secreto Admirable del Santísimo Rosario

                   arrodillarte,  puedes  rezarlo  sentado  o  de  pies.  Puedes
                   rezarlo también, mientras trabajas, si no te es posible dejar
                   el trabajo por impedírtelo las obligaciones profesionales,
                   dado  que  el  trabajo  manual  no  obstaculiza  a  la  oración
                   vocal.

                   Ciertamente  que  nuestra  alma,  por  ser  limitada  en  la
                   acción, estará menos atenta a las operaciones del espíritu,
                   tales  como  la  oración,  cuando  lo  está  al  trabajo  de  las
                   manos. Sin embargo, en caso de necesidad, una oración
                   así tiene también su valor ante la Santísima Virgen, que
                   recompensa más la buena voluntad que la acción exterior.

                   130   Te aconsejo dividir el Rosario en tres partes y recitarlo
                   en  tres  tiempos  diferentes  del  día.  Es  preferible  esto  a
                   rezarlo todo de una vez. Si no te alcanza el tiempo para
                   recitar de seguido toda una tercera parte, recita una decena
                   acá y otra allá. Así habrás rezado tu Rosario entero antes
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                   de irte a acostar, a pesar de tus obligaciones y negocios .
                   Imita  en  esto  la  fidelidad  de  San  Francisco  de  Sales.
                   Hallándose,  cierta  noche,  muy  cansado  a  causa  de  las
                   visitas que había tenido que hacer durante el día y siendo
                   ya casi las doce de la noche, se acordó  de que le faltaban
                   aún algunas decenas por rezar. Se puso inmediatamente
                   de  rodillas  y  las  rezó  antes  de  acostarse,  no  obstante
                   las  recomendaciones  de  su  capellán,  que  –viéndolo
                   tan  fatigado–  le  incitaba  para  que  aplazara  hasta  el  día
                   siguiente lo que faltaba por rezar.

                   Imita  igualmente  la  fidelidad,  modestia  y  devoción  de
                   aquel santo religioso, que –según refieren las Crónicas de
                   San Francisco y he referido ya – acostumbraba rezar un
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                   Rosario con mucha devoción y modestia, antes de comer.


                   40  Efectivamente, la iglesia permite separar las decenas con tal que al menos
                      la tercera parte del Rosario se rece en el mismo día.
                   41  Ver antes, No.25.
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