Page 60 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 60

↑ ÍNDICE


                                                  Montfort, Apóstol, Profeta y Testigo


                   BAUTISMO Y CONSAGRACIÓN

                   Por otra parte, una impronta de ardentía monfortiana
                   califica la consagración a María que nos ofrecen los escritos
                   del misionero. Esta es “la más radical, la más amplia, la
                   más perfecta” que se pueda imaginar; nace de un heroísmo
                   amoroso casi inconcebible. Subraya el aspecto personal de
                   la relación con María y, en Ella, con el Salvador. Establece
                   una original y explícita relación entre “la santa esclavitud”
                   y la renovación de las promesas bautismales. Difícil
                   descomponer en sus múltiples reflejos este prisma luminoso
                   de la religiosidad monfortiana. El cardenal Mercier escribía:
                   “No me consta que haya un acto que incluya cuanto el
                   alma puede consagrar a Dios y a Cristo, más que este acto
                   de renuncia o esclavitud espiritual, tal como lo entiende
                   Montfort”. Escuela de desprendimiento total y secreto de
                   infancia espiritual, que capta el reflejo de la caridad perfecta
                   de los Santos.



                   LA VERDADERA DEVOCIÓN

                   Este libro de Montfort puede ser considerado como el fruto
                   de una madurez o plenitud poco común en la teología y
                   en la santidad (Lhoumeau-Faber). Cuando vemos cómo
                   en pocas páginas se halla compendiado en forma concisa
                   y lo más clara posible, lo más profundo e importante que
                   la teología y los Padres han enseñado acerca de María, o
                   al menos sobre la devoción a Ella, debemos reconocer que
                   el P. de Montfort no sólo poseía erudición sino un notable
                   sentido teológico. Sin duda lo ha sacado del estudio de los
                   autores y de  la patrología, pero también de esa luz de otro
                   orden que la contemplación concede a los Santos.

                   La erudición y el sentido teológico reconocidos al P. de
                   Montfort no deben, sin embargo, distraer del más profundo
                   y atrayente carácter de esta obra que refleja la predicación
                   del misionero, una enseñanza no impartida desde el púlpito,
                                                                       61
   55   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65