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              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort


              nuestro amigo la bendiga o haga bendecir.  Al recibir la
              noticia estaba pensando enviarles a Nantes dos hijas de la
              Sabiduría que trabajan por los pobres en esta diócesis, una
              de ellas tiene, aproximadamente, cuarenta años.  Creo que
              las dos son aptas para este empleo.

              Pidamos a Dios, infinitamente bueno, que nos dé a conocer
              su adorable voluntad.  Pero ¡Dios mío! ¡Qué pocas son las
              jóvenes obedientes, silenciosas, prudentes y sacrificadas!
              Todas ostentan su importancia y suficiencia, si no en el
              corazón, al menos en la cabeza.  Pienso que algunas jóvenes
              de fuera, unidas a las que le señalo, y siempre que tengan
              las cualidades indicadas, serían más capaces de iniciar y
              consolidar la obra en cuestión si se la planta y fundamenta
              sobre piedras vivas.  Saludo con el mayor respeto al señor
              Du Portail y a todas aquellas buenas personas que se
              asocian a nosotros en la caridad del Corazón de Jesús, el
              más crucificado de entre los hombres.  Si el señor Obispo de
              Nantes lo cree oportuno ‒pues no iré sin su autorización‒,
              estaré en Nantes el 5 de mayo por la tarde. Le adjunto
              una esquela que tengo el honor de dirigir a Su Excelencia.
              Saludo con el más profundo respeto al señor Barrin y le
              suplico la presente a Su Excelencia, por intermedio del
              señor Vertamont. Si Monseñor me niega los quince días
              que le pido para descansar en Nantes de mis trabajos y sin
              perder el tesoro infinito de la santa misa, será señal cierta
              de que no es voluntad de Dios que vaya a Nantes. Y, si no
              voy, creo firmemente ‒como si fuera artículo de fe‒ que
              las cosas marcharán infinitamente mejor. Me encomiendo
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              a las plegarias de todos los Amigos de la Cruz , para que
              Dios no tome aquí venganza de mis pecados negándome la
              conversión auténtica de las gentes que me escuchan.  Todo
              suyo en Jesús y su Santísima Madre. Saludo a todos los
              ángeles de la ciudad de Nantes y al suyo en particular.
              Humildad. Humillación, humillación. Deo gratias.
                                                     L. M. Grignion.


              11  Asociación fundada por Montfort en la parroquia de San Similiano, de
                 Nantes, en 1708.
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