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                                                     El Amor de la Sabiduría Eterna

                   43  Me parece oír a la Sabiduría, que en la causa del ser
                   humano  reconoce  que  realmente  éste  y  su  posteridad
                   merecen  ser  condenados  eternamente  con  los  ángeles
                   rebeldes a causa de su pecado. Pero que  es preciso
                   compadecerse  de  él,  porque  su  pecado  obedece  más  a
                   debilidad  e  ignorancia  que  a  malicia.  Observa,  por  una
                   parte, que es gran lástima que una obra maestra tan bien
                   lograda permanezca para siempre esclavizada al enemigo
                   y  que  millones  de  seres  humanos  se  vean  para  siempre
                   condenados  por el pecado de uno solo. Muestra, por
                   otra parte, los tronos vacíos del cielo por la caída de los
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                   ángeles  apóstatas,  y  que  sería  bien  llenar  de  nuevo . E
                   indica la gloria inmensa que Dios recibiría en el tiempo y
                   la eternidad si se salva al ser humano.

                   44  Paréceme oír a la justicia contestando que la sentencia
                   de muerte y condenación eterna está dictada contra el ser
                   humano y su posteridad, y debe ejecutarse sin remisión ni
                   misericordia, como lo fue la dictada contra Lucifer y sus
                   secuaces; que el ser humano es un ingrato después de los
                   beneficios  que  había  recibido;  que,  habiendo  seguido  al
                   demonio en la desobediencia y el orgullo, debe también
                   acompañarlo  en  el  castigo,  porque  el  pecado  debe  ser
                   castigado.

                   45  Viendo la Sabiduría eterna que nadie en el universo
                   era capaz de expiar el pecado del ser humano, satisfacer
                   a la justicia y aplacar la ira divina, y queriendo al mismo
                   tiempo  salvar  al  desventurado,  a  quien  amaba  por
                   naturaleza, halla un medio admirable.

                   ¡Proceder asombroso! ¡Amor incomprensible llevado hasta
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                   el extremo!  La amable y soberana Princesa se ofrece ella
                   misma en holocausto al Padre para satisfacer su justicia,
                   aplacar su cólera, liberarnos de la esclavitud del demonio

                   34  VD 28: La misión de llenar los tronos vacíos, se la confiere Dios a María.
                   35  Jn 13,1: “Había amado a los suyos que vivían en el mundo y los amó
                      hasta el extremo”.
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