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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
1. A fin de poder aumentarla;
2. A fin de que quien la recibe la aprecie más;
3. A fin de que quien la recibe ponga cuidado en no
perderla. Pues no se estima mucho lo que en un
momento y con poco esfuerzo se ha conseguido.
Persevera, pues, querido cofrade del Rosario, en pedir
a Dios, mediante el Santo Rosario, todas las gracias
espirituales y corporales que necesitas, especialmente
la divina Sabiduría, que es un tesoro infinito (Sab 7,14).
Tarde o temprano, la obtendrás infaliblemente, con tal que
no abandones el Rosario ni te desanimes a medio camino
(Ver 1 Cor 9,24-27). Te queda aún largo camino (1 Re 19,7).
Sí, aún te queda mucho por andar, muchas adversidades
por atravesar, muchas dificultades por superar, muchos
enemigos por vencer. Te faltan muchos Padrenuestros y
Avemarías para alcanzar el paraíso y ganar la hermosísima
corona que espera a todo fiel cofrade del Rosario.
No sea que alguien te arrebate el premio (Apoc 3,11). Pon
mucho cuidado en que otro más fiel que tú en rezar bien
y diariamente el Rosario, no te arrebate la corona. Esa que
constituye tu premio. Dios te la había preparado y la tenías
casi ganada con los rosarios bien rezados. Pero por haberte
detenido en el hermoso camino por el que avanzabas tan
de prisa –Habías empezado bien la carrera (Gal 5,7)– otro pasó
adelante; sí, otro más diligente y fiel adquirió y ganó con
sus rosarios y buenas obras lo que necesitaba para comprar
esa corona. ¿Quien, pues, te cortó el camino (Gal 5,7), hacia
la conquista de tu corona? ¡Ah! ¡Los enemigos del Santo
Rosario que son muchos!
147 ¡Créeme! Sólo alcanzarán esa corona los valerosos que
la arrebatan por la fuerza (ver Mt 11,12). Tales coronas no
son para los cobardes, que temen las burlas y amenazas
del mundo. Ni para los perezosos y holgazanes, que rezan
el Rosario con negligencia, a la carrera, por rutina o a
intervalos y según su capricho. Ni para los cobardes que
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