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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
140 Si no quieres aceptar lo que te digo, da crédito por lo
menos a tu propia experiencia. Respóndeme: ¿eras, acaso,
capaz de evitar ciertos pecados graves que sólo tu ceguera
te hacía ver como insignificantes, cuando te contentabas
con esas cortas oraciones hechas como las hace el cristiano
mediocre? ¡Abre, pues, los ojos! Ora y ora siempre, si
quieres vivir y morir como santo; sin pecado mortal, por
lo menos. Reza todos los días, como hacían los cofrades
del Rosario cuando se estableció la cofradía. Mas adelante
encontrarás la prueba de cuanto te digo.
La Santísima Virgen al dar el Rosario a Santo Domingo, le
ordenó rezarlo y hacerlo rezar todos los días. El Santo, por
su parte, no recibía en la cofradía a nadie que no tuviera la
firme resolución de rezarlo diariamente.
Si ahora no se exige en la cofradía del Rosario Ordinario
sino la recitación de un Rosario semanal, ello obedece a
que se ha apagado el fervor y enfriado la caridad. ¿Qué
más se puede pedir a quienes rezan como a pesar suyo?
Pero al principio no fue de esa manera (Mt 19,8).
141 Es preciso, además, tener en cuenta tres advertencias:
La primera, que si deseas inscribirte en la cofradía del
Rosario Cotidiano y participar en las oraciones y méritos de
quienes ya están en ella, no basta con que te inscribas en la
cofradía del Rosario Ordinario, ni que tomes simplemente
la resolución de rezar el Rosario todos los días. Tienes
que dar tu nombre a quienes han sido autorizados para
inscribirte en ella. Será conveniente que te confieses y
comulgues en esta circunstancia.
La razón de esta advertencia es que el Rosario Ordinario
no incluye el Cotidiano, aunque este sí, al Ordinario.
La segunda, que absolutamente hablando, no hay pecado
ni siquiera venial, si omites el rezo de Rosario Cotidiano,
Semanal o Anual.
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