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                                                                 Carta No. 10


                                             10
                                      Al P. Leschassier
                              Poitiers, el 3 de noviembre de 1701.

                   El 23 de septiembre de 1701 el Señor Leschassier envió  el «juicio
                   decisivo» solicitado por Luis María en su C 6: «Puesto que el
                   señor Lévêque le exonera, Señor, de las obligaciones de conciencia
                   y reconocimiento que podían retenerle en su comunidad, y que por
                   otra parte el señor obispo de Poitiers lo solicita para el hospital,
                   sin que Ud. tampoco pueda rehusar la petición de la Señora de
                   Montespan, no veo inconveniente alguno de que atienda el deseo
                   de los pobres».


                   La noticia fue un golpe para el señor Lévêque quien se quejó al
                   señor Leschassier del cual recibió esta respuesta el 15 de octubre:
                   «En cuanto al señor Grignion no pretendo ser responsable de su
                   comportamiento. Siempre le he dicho que no necesita abandonarse
                   a su propio juicio y si él le muestra mis cartas, verá que he dejado
                   de oponerme  a su salida de la comunidad que Ud. dirige sólo
                   después que él me ha hecho saber que Ud. le ha dicho que si él
                   no quería permanecer siempre en su comunidad, mejor haría en
                   retirarse. Es lo que le puedo decir a su propósito».


                   Desde Poitiers Luis María continúa informando y pidiendo
                   consejo a su director. Mientras toma posesión oficial en el Hospital
                   General, cuya situación es desesperante, reside en el seminario
                   menor. Desde allí programa su vida espiritual y apostólica. Por
                   otra parte estudia el ambiente y observa las personas. En el hospital
                   no hay paz ni pan. Afuera los pobres son más numerosos y quizá
                   más necesitados. Por eso Luis María hace un programa interno
                   y externo y le pregunta a su director: «¿Estoy haciendo bien?».

                   Señor y Padre carísimo en Jesucristo: ¡el amor puro de Dios
                   reine en nuestros corazones!

                   Me encuentro en el seminario menor de Poitiers, donde me
                   ha albergado el señor Obispo en espera de que la asamblea
                   de los administradores del Hospital decida mi admisión.
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