Page 85 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 85

↑ ÍNDICE


              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort


              Hace cerca de quince días que vengo haciendo el catecismo
              a los mendigos de la ciudad, con la aprobación y ayuda del
              señor Obispo. Visito y exhorto a los presos en las cárceles y
              a los enfermos en los hospitales, repartiendo entre ellos las
              limosnas que me dan.

              El Hospital al que me destinan es casa de desorden, donde
              no hay paz. Es casa de pobres, donde faltan tanto el bien
              espiritual como el material. Mas  espero  que  Nuestro
              Señor, por intercesión de la Santísima Virgen, mi Madre
              bondadosa, la transforme en casa santa, rica y apacible.
              Para lo cual necesito mucho de la gracia de Dios y de la
              ayuda de Ud.

              Las señoras que dirigen la casa quieren que tome las comidas
              con ellas, en comunidad, como han hecho algunos de mis
              predecesores. Pero de eso, ni hablar. ¿Estoy obrando bien?


              He manifestado al señor Obispo que ni en el Hospital
              quiero apartarme de mi Madre, la divina Providencia; que
              me contentaré, por tanto, con la comida de los pobres y no
              recibiré salario fijo. Esto agrada mucho al señor Obispo, que
              se ha ofrecido a servirme de padre. ¿Estoy obrando bien?

              Sigo haciendo aquí muchas cosas que hacía ya en Nantes:
              duermo sobre pajas, no desayuno, ceno poco. Y gozo de
              perfecta salud. ¿Estoy obrando bien? ¿Puedo disciplinarme
              una vez más por semana fuera de las tres acostumbradas,
              o usar una o dos veces el cinto de crin?

              Me tomo la libertad de saludar y agradecer humildemente al
              señor Brenier. Sólo Dios sabe cuántos beneficios he recibido
              de él, y de modo especial de Ud., a quien quedo y quedaré
              por toda la vida sumiso en Jesús y María.

                                 Grignion, sacerdote e indigno esclavo
                                                   de Jesús en María.
              Saludo a su ángel custodio.
              86
   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90