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Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort
Huye en lo posible de la compañía de los hombres, como
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han hecho los mayores santos . Su vida está escondida con
Cristo en Dios (Col 3,3). Guarda, en fin, silencio con los
hombres para dialogar con la Sabiduría: Hay quien calla y
pasa por sabio (BenS 20,5).
5. Poner en juego una ascesis cuidadosa
201 Para alcanzar la Sabiduría te es necesario mortificar
tu propio cuerpo, no sólo sufriendo con paciencia las
enfermedades corporales, las inclemencias del tiempo y
las molestias de las criaturas durante la vida, sino también
imponiéndote algunas penalidades y mortificaciones,
como ayunos, vigilias y otras austeridades propias de los
santos penitentes.
Se necesita valor para ello, porque la carne –por naturaleza–
se idolatra a sí misma y el mundo considera y desprecia
por inútiles todas las mortificaciones corporales. ¡Cuánto
no dice y hace para apartarnos de las austeridades de los
santos! De cada uno de los cuales se dice proporcionalmente:
“El sabio o el santo redujo su cuerpo a servidumbre con
vigilias, ayunos, disciplinas, por el frío, la desnudez y
toda suerte de austeridades. Tenía hecho un pacto consigo
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mismo de no darse reposo en este mundo” .
El Espíritu Santo dice que todos los santos aborrecían hasta
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las ropas manchadas por su propio cuerpo .
6. Unir mortificación interna y externa
202 Te es absolutamente necesario unir la mortificación
externa y voluntaria, para que sea buena, a la del juicio y a
la de la voluntad mediante la santa obediencia. Sin la cual
127 Imitación de Cristo l.1 c.20 n.1; cf. GS 1.
128 Ver Breviario Romano, en la fiesta de San Pedro de Alcántara.
129 Jds 23: “A unos sálvenlos arrancándolos del fuego, a otros, muéstrenles
compasión, pero con cautela, aborreciendo hasta la túnica contaminada
por su contacto”.
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