Page 453 - Obras_Completas_2da_Ed
P. 453

↑ ÍNDICE


              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort

              Dichosos, finalmente, en la eternidad, porque jamás se ha
              perdido ninguno de mis fieles servidores que haya imitado
              mis virtudes durante su vida.

              Los réprobos, por el contrario, son desgraciados durante
              su vida, en la muerte y por la eternidad, porque no imitan
              las  virtudes  de  la  Santísima  Virgen,  y  se  contentan  con
              ingresar,  a  veces,  en  sus  cofradías,  rezar  en  su  honor
              algunas oraciones o practicar otra devoción exterior.

              ¡Oh  Virgen  Santísima!  ¡Bondadosa  Madre  mía!  ¡Cuán
              felices son –lo repito en el arrebato de mi corazón–, cuán
              felices son quienes, sin dejarse seducir por una falsa
              devoción,  siguen  fielmente  tus  caminos,  observando  tus
              consejos y mandatos! Pero ¡desgraciados y malditos los que,
              abusando de tu devoción, no guardan los mandamientos
              de tu Hijo! Malditos los que se apartan de tus mandatos (Sal
              119 [118],21).

              4. Solicitud de María para con sus fieles servidores

              201   Veamos ahora los amables cuidados que la Santísima
              Virgen, como la mejor de todas las madres, prodiga a los
              fieles servidores que se han consagrado a Ella de la manera
              que acabo de indicar y conforme al ejemplo de Jacob.

              1°   María los ama

              Yo amo a los que me aman (Prov 8,17). 1) Los ama, porque es
              su Madre verdadera, y una madre ama siempre a su hijo,
              fruto de sus entrañas. 2) Los ama, en respuesta al amor
              efectivo que ellos le profesan como a su cariñosa Madre. 3)
              Los ama, porque –como predestinados que son– también
              los ama Dios: Quise a Jacob más que a Esaú (Rom 9,13). 4)
              Los ama, porque se han consagrado totalmente a Ella, y
              son, por tanto, su posesión y herencia: Sea Israel tu heredad
              (BenS 24,8).


              454
   448   449   450   451   452   453   454   455   456   457   458