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              Obras Completas de San Luis María Grignion de Montfort


              es la cruz! Si lo comprendieran bien, mandarían celebrar
              misas,  harían  novenas,  emprenderían  peregrinaciones,
              como  lo  hicieron  los  santos,  para  alcanzar  del  cielo  este
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              divino regalo .
              36   El  mundo  la  llama  locura,  infamia,  necedad,
              indiscreción, imprudencia. ¡Déjenlo que grite! Es un ciego.
              Y en su ceguera, considera la cruz sólo con visión terrena,
              muy lejos de lo que es en realidad. Esa ceguera forma parte
              de nuestra gloria. Ya que cuando el mundo nos proporciona
              alguna cruz, con sus desprecios y persecuciones, nos regala
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              joyas, nos eleva al trono y nos corona de laureles
              37    Pero,  ¿qué  digo?  Ni  todas  las  riquezas,  ni  todos
              los honores, cetros ni coronas resplandecientes de los
              potentados  y  emperadores  pueden  compararse  con  la
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              gloria  de  la  cruz,  dice  san  Juan  Crisóstomo .  La  cruz
              aventaja  en  gloria  a  la  aureola  de  apóstol  o  de  escritor
              sagrado. “Gustoso dejaría el cielo, añade el mismo santo
              iluminado por el Espíritu de Dios, si me lo permitieran, a
              fin de padecer por el Dios del cielo. Prefiero las cárceles y
              las mazmorras a los tronos imperiales. Cuenta menos para
              mí el don de hacer milagros, que permite dominar a los
              demonios, someter los elementos, detener el curso de los
              astros, resucitar a los muertos..., que el honor de padecer.
              San Pedro y san Pablo son más gloriosos en sus calabozos,
              con los pies encadenados (Ver Hech 12,3-7), que cuando se
              ven arrebatados al tercer cielo (Ver 2Cor 12,2) y reciben las
              llaves del paraíso (Mt.16,19)”.

              38   En efecto, ¿no fue la cruz el medio por el cual alcanzó
              Jesucristo  el  título  sobre  todo  título,  para  que  ante  el  título
              concedido a Jesús, todos se arrodillen en el cielo, en la tierra y
              en el abismo? (Flp 2,9-10). La gloria de quien sabe sufrir es
              tan sublime que el cielo, los ángeles, los seres humanos y

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              22  1Cor 1-2. El P. de Montfort desarrolla, en su estilo, las ideas expuestas
                 por San Pablo en estos dos capítulos.
              23  In Epist. Ad Ephesios c.4 hom. 8 : PG 62,55-58
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