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↑ ÍNDICE
La Compañía de María, Regla de los Sacerdotes Misioneros
Este método, que no fatiga mucho, permite al catequista
preguntar a cuatrocientos o quinientos niños en hora y
media.
88 10. El catecismo no debe durar, de ordinario más de hora
y media. Terminada la exhortación, si los niños son muchos,
los hace salir banco por banco, con calma y moderación,
sin consentirles los gritos y movimientos precipitados, tan
ordinarios al final de las clases de catecismo.
89 11. Concluido el catecismo, conduce en filas de a dos
hasta la casa de la Providencia a los pobres que han asistido
a él, para darles de comer en silencio y compostura. Mientras
comen les hace alguna lectura o les pregunta todavía acerca
del catecismo, puesto que está más obligado con los pobres
que con los ricos.
90 12. El catequista es responsable de la preparación
intelectual de los niños escogidos para la primera comunión.
Para ello debe observar las reglas que le están prescritas,
a saber: 1º, instruirlos bien; 2º, hablar con los padres de
familia; 3º, examinarlos cuidadosamente acerca de lo
aprendido; 4º, asegurarse de que los confesores les hayan
dado la absolución mediante una contraseña que éstos
deben dar a los que han absuelto y no a los otros, para que
con estas precauciones y muchas otras se evite que los niños
comulguen indignamente, arrastrados instintivamente por
el ejemplo de sus compañeros y las sugerencias del maligno.
91 13. Ordinariamente no utiliza sino el Catecismo abreviado
de los misioneros, mediante el cual los niños, en siete breves
lecciones, pueden aprender cuanto es necesario para la
salvación. Digo «ordinariamente» porque, si el cura de la
parroquia donde se hace la misión tiene bien instruidos a
los niños y les ha enseñado un catecismo concebido en otros
términos, el misionero debe igualmente servirse de él para
no embrollar las ideas de los niños, que aprenden más de
memoria que al sentido.
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