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El Secreto Admirable del Santísimo Rosario
Y si dejas de rezarlo por pura negligencia, pero sin
desprecio formal, absolutamente hablando tampoco pecas.
Pero pierdes la participación en las oraciones, buenas
obras y méritos de la cofradía. Y por tu negligencia en cosas
pequeñas y de supererogación, caerás insensiblemente en
la infidelidad a las cosas grandes y de obligación esencial:
Quien desprecia lo pequeño, poco a poco se precipita (BenS 19,1).
SEXTA ROSA
El Salterio de María.
22 Desde que Santo Domingo estableció esta devoción
hasta el año 1460, en que el Beato Alano la restauró por
orden del cielo, se la denominó el salterio de Jesús y de la
Santísima Virgen. Porque contiene tantas Avemarías como
salmos tiene el salterio de David y porque los sencillos e
ignorantes que no pueden rezar el salterio davídico sacan
de la recitación del Santo Rosario tanto o mayor fruto que
el que se consigue con la recitación de los salmos de David:
1. porque el salterio angélico tiene un fruto más noble, a
saber, el Verbo encarnado, a quien el salterio davídico
solamente predice;
2. porque así como la realidad supera a la imagen y el
cuerpo a la sombra, del mismo modo el salterio de
Santísima Virgen sobrepasa al de David que solo fue
sombra y figura de aquel;
3. porque la Santísima Trinidad inventó directamente el
salterio de la Santísima Virgen, es decir, el Rosario,
compuesto de Padrenuestros y Avemarías.
El sabio Cartagena refiere al respecto: El sapientísimo de
Aix-la-Chapelle, J. Bessel, en su libro sobre la Corona de
Rosas, escrito al Emperador Maximiliano, dice: “No puede
afirmarse que la salutación mariana sea una invención
reciente. Se extendió con la Iglesia misma. Efectivamente,
desde los orígenes de la Iglesia, los fieles más instruidos
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